¿Quienes Somos?
La Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional es una de las organizaciones eclesiásticas de carácter pentecostal con mayor trayectoria en la historia latinoamericana.
Somos más de 100,00 cristianos gritándole al mundo que mientras haya vida, hay esperanza. No sólo contamos con credenciales pastorales. Te invitamos que formes parte de la familia de Dios, donde nuestro fin es llegar a esos corazones que aún no han reconocido a JESUCRISTO como salvador de sus vidas.
La Iglesia es la institución del Nuevo Testamento, fundada por Cristo mediante su sacrificio vicario en la cruz del Calvario. La misma está compuesta por aquellos que se constituyen en hijos de Dios al aceptar a Cristo como su Salvador. Como institución divina su permanencia garantizada, a pesar de los ataques del enemigo.
La Iglesia está compuesta por los santos que están en la tierra (la parte visible) y todos aquellos muertos en Cristo desde el Calvario hasta el rapto de los salvados. La Iglesia es, en expresión humana más amplia, una composición étnica de extensión universal.



Nuestra región
La historia de la Iglesia de Dios Pentecostal M.I. está marcada por una visión inquieta del Comité Ejecutivo Internacional, quienes, desde su oficina central en San Juan, Puerto Rico, en unanimidad, decidieron enviar a un misionero itinerante a esta región, que para aquel tiempo era llamada Región Doméstica Continental de Texas (1984-2000). En el año 2001, pasó a ser llamada como ahora la conocemos, Región Centro Sur, para más tarde subir nivel a Región Eclesiástica. Nuestra región comprende varios estados; Texas, Arkansas y Oklahoma.
Actualmente es una de las regiones más grandes en territorio de nuestra organización. Bajo esa misma visión y unción que tuvieron nuestros postulados, nos enorgullece decir que tenemos una región organizada, sólida, con un cuerpo ministerial, gran número de iglesias y oficinas centrales propias de nuestra organización.
Con mucho respeto, debemos también mencionar a aquellos veteranos, compañeros de milicias, que algunos ya moran con el Señor, teniendo en cuenta que hace ya unos años visualizaron la trayectoria de hombres y mujeres dedicados y dirigidos por el Espíritu Santo, ministros, pastores, obreros y laicos, que de alguna manera plasmaron su legado, llevando el Evangelio de Jesucristo por toda esta región.
Gente humilde de Centroamérica y el Caribe, que ahora justifican que salgan a la luz pública, en este volumen histórico de la Iglesia de Dios Pentecostal M.I. de esta querida Región Centro Sur. Un libro y una historia para todos, una trayectoria que debemos leer y estudiar en conmemoración de nuestros pioneros del Pentecostés y en honor al legado recibido. Desde los más grandes a los más pequeños deben saber quiénes fueron esos pioneros, cómo evangelizaron, cómo llegaron, cómo trazaron la visión que hasta hoy seguimos.
Deseamos destacar la paciencia, el interés genuino por las misiones y la visión de cada ministro que de alguna forma u otra se dejó usar por el Señor para que hoy gocemos de una región eclesiástica sólida, donde sentimos y compartimos la presencia de nuestro Señor.



Nuestros Obispos
(1983-Presente)
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Rev. Eliseo Flecha (1983-1988)
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Rev. Carmelo Moreno (1988-1994)
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Rev. Agapito Ávila (1994-2000)
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Rev. Orlando Island (2000-2022)
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Rev. José Walter Conde (2022-Presente)
Preámbulo
Nosotros:
Esta hermandad de fieles de experiencia pentecostal, reunidos bajo la gracia de Dios, en el nombre del Señor Jesucristo y bajo la iluminación del Espíritu Santo.
Con fines de:
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Cumplir la Gran Comisión de difundir por todo el mundo las verdades del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según Marcos 16:15:
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Cumplir el manifiesto propósito de Dios, nuestro Padre Celestial, de llamar al mundo un pueblo que ha de constituir el cuerpo de salvados, a saber: La Iglesia del Señor Jesucristo:
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Conservar la unidad de este Cuerpo - La Iglesia:
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Conservar los principios bíblicos:
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Preservar la obra y la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo según Hechos 2:4:
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Proveer para que los miembros de este Cuerpo - La Iglesia - puedan con plena libertad de conciencia y acción, reunirse como esta divinamente ordenado, para orar, aconsejarse, comulgar e instruirse en la Palabra de Dios.
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Además, realizar la obra del ministerio y ejercer aquellos dones y oficios espirituales provistos en las Sagradas Escrituras:
POR LA PRESENTE, adoptamos y promulgamos esta Constitución y Reglamento.
ASÍ NOS AYUDE DIOS.